¿Atrapado por los Vicios?

 

Es común que en el diario vivir la gente no se de cuenta que es prisionera de una serie de vicios, apegos, costumbres inapropiadas, relaciones enfermizas, etc. que en gran medida dañan su salud y contribuyen al decremento de su calidad de vida.

 

¿Fumas?, ¿bebes?, ¿tomas estimulantes? (café, bebidas energéticas, fármacos, drogas, etc). ¿Eres presa del juego de azar? ¿fanatismo en deportes?, ¿compras compulsivas o compras necesarias de fin de semana?, ¿reuniones sociales con frecuencia?, ¿ves televisión de más?, ¿obsesiones sexuales?... No sabes si estas gobernado por un vicios o no lo reconoces, sin embargo, poco a poco ¿Dedicas más tiempo a “estas prácticas” que a tu familia?... ¿No te parece entonces que existe la posibilidad de que seas presa de un vicio?.

 

Lo que sucede cuando te atrapan los vicios es que “enajenan tu voluntad” esto quiere decir que, tu determinación de cuidado personal, convivencia familiar, bienestar, buenas y sanas relaciones, se ensombrece  y “el vicio” te arrastra hasta volver de ti una persona dependiente, insegura y atrapada en el vicio mismo y con una necesidad de “gozarte del placer del vicio” minimizando las consecuencias y efectos que suelen tener, aún cuando sufras de los trastornos a tu salud, a tus relaciones y a tu vida.

 

Si algunos vicios te han atrapado, libérate de ellos con una determinación de voluntad, renuncia a los vicios que dañan tu vida y niégate a ser rehén de su prisión… Aléjate de las practicas que dañan tu vida, tu familia y tu persona.

 

Cambia tus obras destructivas por actividades que embellecen tu vida y que hacen de ti una persona virtuosa, acércate a DIOS, Eleva tu Corazón a una condición de mayor Amor… No te pierdas dejándote arrastrar por los vicios, solo porque es lo de moda o por lo que todos hacen.

 

Supera las situaciones y los problemas que por evasión, dolor, soledad y vacio te han llevado al desenfreno.

 

Recuerda que el cuerpo es el Templo de DIOS y  por tanto el Cuerpo es SAGRADO, y si tu vives dentro del Templo de DIOS, entonces ámalo, respétalo, cuídalo, procúralo y llévalo a DIOS.

 

Muchas Gracias por el tiempo que has dedicado a esta lectura ¿Te interesa superar algún vicio? Contáctame para sugerirte de que manera poder hacerlo miguelangel@launion.org.mx

 

Amorosamente

Miguel Angel Herrera

 

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