Todo tiene un propósito y ocurre con un propósito

Todo tiene un propósito y ocurre con un propósito

De la serie

La Aventura – Un Testimonio de Fe y Esperanza (2)

Todo tiene un “Porque”

Si miro hacia atrás, muy muy atrás… en el tiempo cuando cursaba la escuela y planeaba lo que haría con mi vida no me hubiera imaginado si quiera estar haciendo lo que hago ahora, aunque desde pequeño siempre tuve el impuso natural de brindar ayuda al necesitado.

Como muchas personas mi pensamiento se enfocaba en desarrollar una carrera exitosa, en la que destacara profesionalmente y obtuviera el reconocimiento de los demás por mi buen desempeño en lo que hiciera, que por cierto, siempre pensaba que debía ser el mejor y estar por sobre los demás… Supongo que pensaba así por la influencia natural que se da a través de la sociedad. Y claro no me queda desmarcarme, pensaba así por el gran ego que tenía.

¿Quién no desea un buen futuro?

Mi futuro prometedor era motivado de las circunstancias tan adversas que viví desde pequeño; desde siempre supe lo que era el dolor y el sufrimiento; no me atrevo a mencionar de mala manera a mis padres o resaltar sus errores, porque pienso que debo ser una persona agradecida siempre; al haber obtenido el regalo de la vida; no obstante, lamentablemente como yo, muchas personas cargamos en nuestros hombros el peso del pasado.

¿Por qué será que cuando tenemos malas experiencias estas quedan bien grabadas en la mente y ellas resaltan con facilidad por sobre los buenos momentos?

Cuando miro hacia atrás mi niñez, veo lágrimas y lágrimas. Mi mamá me cuenta que fui un niño querido, bonito y bello que tenía algo especial; además de ser diferente físicamente al común denominador que prevalece en mi lugar de origen; parecía tener “un algo” que gustaba. Me atrevo a mencionarlo y dejarlo grabado para dejar sentir en mí que he sido afortunado y bendecido, pese a que los hechos de aquel tiempo eran lastimosos.

Muchas personas como yo, no tenemos la mejor historia de nuestra niñez, pero al menos tenemos una a lado de padres; porque ¿Cuántas personas carecieron de alguno de ellos o de ambos? Impartiendo Seminarios he escuchado tantas diferentes historias que me dejaron ver que la mía no era la peor ¿Pero es que pueden existir cosas más duras y terribles? La respuesta es: “Sí”.

Cuando vives en el ensimismamiento piensas que no hay nada peor que lo que te pasa a ti, créeme que es hasta que escuchas y vez otras historias de vida, que te das cuenta que lo tuyo no es lo más grave; aunque es bien cierto que los hechos que te ocurren son tu todo y son tu mundo, especialmente cuando ocurren en tu niñez, pues es un tiempo en el que se es tan vulnerable.

Crecí en la tradición Católica; es decir; gracias a DIOS siempre he sido Católico solo que la pequeña diferencia es que en el ayer éramos católicos porque en mi país de origen más del 90 % de las personas que viven ahí lo son; porque así son las cosas en vez de serlo por convicción. Esto me deja entender porque tanta gente abandona la Iglesia Católica.

Ahora en este tiempo puedo mencionar con gran solidez y convencimiento soy Católico sin titubeo y con una fuerte y firme convicción de serlo.

Todo tiene un propósito y ocurre con un propósito

Al crecer estudiando en una escuela laica tuve mis dudas y confirme la gran ignorancia que tenía de la existencia de DIOS “al afirmar la negación de su existencia”, es decir; me sumaba al ateísmo y a la práctica de fabricar un dios que me acomoda a mis caprichos y deseos. Ni DIOS existía, ni nada podía tener el poder de dirigirme, en otras palabras “yo era dueño de mi vida” y decidía que hacer y no hacer; mi ego se sentía fenomenalmente bien; pero yo no, debido a mi historia personal escrita en mi niñez, yo no era una persona feliz y tenía muchas huellas de dolor en el corazón; lo que me hacía ser agresivo, soberbio, prepotente, etc. Pero por otro lado; sin darme cuenta me sentía vacío y muy solo.

¿Quién puede sentirse bien alejado y negando al amor que lo creo?

Me sentía solo, deprimido, abandonado, etc. ¿De DIOS? Nunca lo pensé así, hasta ahora que lo escribo, probablemente sí: sentía que DIOS me había abandonado; me sentía defraudado, olvidado y solo, muy solo… Mi mirada de reclamo era hacia DIOS con todo el peso de enojo y rabia.  En mi tenía la pregunta ¿Por qué a otros le va bien y a mí no? ¿Por qué mis amigos tienen un papá y yo prácticamente no veo al mío?

Escribo de esta manera porque quizá vayas comprendiendo tu forma de actuar e incluso te identifiques con algunas cosas.

Uno de los choques en lo que en mi se despertaba la agudeza sobre la injustica ocurría en algo simple. Lo describo a continuación:

En México celebramos la epifanía del 6 de enero, mandando a los niños a dormir temprano porque en la noche llegan los reyes magos y dejan juguetes a los niños, claro que esto ocurre si te portas bien. No podía comprender como siendo un niño que no causaba problemas, fuera lastimado, golpeado, humillado, etc., siendo un niño de buenas calificaciones, no fuera reconocido, ni orgullo de mis padres y como el 6 de enero a mis vecinitos que eran terribles les traían los mejores juguetes de la última moda y a mí si bien me iba me llegaría cualquier cosa, pues hubo algunos años que los reyes no visitaron mi casa. Aclaro, hoy sé que mis padres hacían lo que podían, especialmente mi madre.

 Todo tiene un propósito y ocurre con un propósito

Es de lo que me di cuenta con el tiempo, en el momento que la pase mal, realmente la pase mal, aliviar las heridas del pasado costo mucho tiempo, ya siendo expositor de Cursos 2 años antes de comenzar La Unión lloraba y lloraba en cada evento que realizaba; lo mismo me paso en los primeros Seminarios de La Unión, quizá tomo más tiempo del que usualmente le toma a una persona superar el pasado, yo sanaba y sanaba y no terminaba de sanar, a decir verdad mi caso no fue de un Curso, o un Seminario y ya conseguí estar totalmente bien. Las circunstancias (la voluntad de DIOS) me puso inmediatamente como expositor luego de tomar un curso de ayuda y siendo facilitador llore mucho tiempo, lo propio, lo de los demás y lo que ocurría en el mundo. Me hacía consiente del dolor y el sufrimiento que se da en las familias y fuera de ellas.

La sensibilidad que me caracteriza, el entendimiento del dolor, el poder ver “el alma de una persona” no es algo que aprendí en la escuela, lo que necesitaba y es necesario para ayudar a los demás en esta Obra de La Unión fue cincelado en mi corazón y en mi alma con el paso de los años a lo largo de mi vida.

Jeremías 29:11

 “Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, declara el Señor planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza”

Y no es que lo que viví haya sido malo, aunque tuve muchos momentos tristes y dolorosos, pues se supone que un niño solo juega y se divierte.

Mucho tiempo después, un día el SEÑOR sembró en mi corazón esta reflexión:

“Tus padres no son malos, era necesario que vivieras lo que visite para lo que has de hacer y así puedas condoler y ser compasivo con el sufrimiento de los demás; así podrás consolar y amar profundamente”.

Esta reflexión me permitió entender que todo ocurre con un propósito más grande, que las tribulaciones y los momentos difíciles nos forjan un carácter, una fe y nos dan consistencia para estar bien templados.

La Unión fue fundada en 1997, sin embargo, esta estaba siendo forjada muchos años atrás en las experiencias de nuestra vida en cada persona que conformamos esta obra.

En lo que respecta a mí, las bendiciones que DIOS ha tenido a bien en regalarme me han hecho agradecer con más fervor y a decir sí a lo que ÉL quiere de mi vida.

Todo tiene un propósito y ocurre con un propósito

Me ha tocado abrir la brecha y comenzar esta Obra de DIOS para bien de todos los necesitados, porque ÉL lo ha querido así y no porque yo piense que soy especial o que estoy sobre los demás como pensaba antes como lo escribí al principio.

Me ha tocado comenzar, porque alguien tiene que hacerlo, y yo dije: “Sí” “realmente no sé que pensaba” solo sé que di el paso y lo hice.

La Unión ha sido para muchos una bendición de DIOS porque nos ha ayudado a mejorar, a aliviar, a sanar y a ser mejores seres humanos.

¿Por qué?

Porque así es la Misericordia de DIOS y ÉL lo ha querido así… Caminar entre los creyentes y no creyentes, alejados y cercanos, amados y no amados, el regalo que DIOS nos ha dado es el poder sanar, encontrarnos con ÉL y sentirnos amados.

Desde siempre: Que sea lo que DIOS quiera, ÉL sabe lo que debe ser, nosotros podemos decir: “Hágase en mi tu voluntad”

Santiago 4:8

“Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo (que dudan), purifiquen sus corazones.”…  Santiago 4:8

La Aventura – Un Testimonio de Fe y Esperanza

Serie

Amar y que te Amen en el mundo

Todo tiene un propósito y ocurre con un propósito

Descubrir e Inventar

El dolor y las alegrías

El Encuentro

Cuando le conoces ya no será igual

Amar y que te Amen en el mundo

Que DIOS te Bendiga Siempre

Amorosamente

Miguel Angel

DIOS te Ama,

ÉL te Bendice y

ÉL te invita a Amar

Besos

Abrazos

Apapachos

Contigo Amorosamente

Miguel Angel Herrera

Me despido con una alegra sonrisa

Dándote un fuerte abrazoteeeeeee

DIOS Contigo

Siempre te Bendice

Porque te Ama Profundamente
Ámalo tu también

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